HISTORIA

Antes de comenzar nuestro camino por la historia de nuestra Cofradía, es importante establecer unos precedentes que nos indiquen la importancia de la tradición cofrade en la ciudad de Soria.
Si nos remontamos hasta el año 1256 podemos encontrar en el libro de los Fueros de la Ciudad, concedido por el rey Alfonso X, la siguiente referencia a los días del Triduo Pascual: “Et desde el Miércoles  ante del Iuebes de la Cena, fasta el Viernes de las ochavas de Pascua de Resurrección;”.

Esta primera referencia será nuestro punto de partida, sin embargo son otras muchas las referencias que encontramos en los libros municipales de acta que destacan en sus ordenanzas sobre las fiestas de San Juan que es preciso celebrar una procesión el Domingo de Calderas con galas, capas y cetros como se lleva a cabo el día de Ramos entre otros. Lo cual nos indica la relevancia que tenía el día de Ramos al compararlo con nuestras queridas fiestas de San Juan.

También es importante la influencia de la orden franciscana la cual seguramente promovió la fundación de la Cofradía de la Vera Cruz en la capital. Esta Cofradía fue la promotora de la ampliación de la ermita del Humilladero, hoy de la Soledad, en el año 1522.

Podemos establecer, gracias a los libros de actas municipales, la decadencia de esta Cofradía de la Vera Cruz entorno al año 1664. Cuando el propio Corregidor de la ciudad D. Gregorio Remón de Moncada propone la asignación de las imágenes a diferentes Cofradías gremiales de la ciudad. Surgiendo de este modo una nueva etapa para la Semana Santa. Este periodo vio llegar su decadencia entorno a finales del siglo XVIII, cuando los gremios se disuelven.

Tras la victoria sobre las tropas napoleónicas a mediados del XIX el pueblo soriano experimenta un deseo por recuperar su cultura y tradición religiosa.

Será a finales del siglo XIX cuando el M.I. Sr. D. Pedro Domínguez empiece a promover la creación de una nueva Cofradía, bajo la protección del Cabildo, que se encargue de dar la solemnidad que merece el cortejo del Viernes Santo.

Primera lista de cofrades

Primera lista de cofrades.

Los libros de actas capitulares que se conservan en la Concatedral de San Pedro recogen en la sesión del día 16 de Abril de 1887, el interés mostrado por algunos hombres notables de la ciudad para organizar dicha Cofradía. No será hasta el 6 de mayo de 1887, bajo la dirección de Excmo. Sr. D. Francisco Carrillo, Marques de la Vilueña, cuando tenga lugar la fundación de la Cofradía estableciéndose por el momento una junta directiva provisional que será ratificada al año siguiente, 14 de Marzo de 1888, y que se encontraba formada por:
Presidente Nato: El Señor Abad de la Insigne Iglesia Colegial de esta Ciudad, representado por el M. I. Sr. D. Pedro

Domínguez Canónigo Doctoral.
Hermano Mayor: Excmo. Señor Don Francisco Carrillo. Marqués de la Vilueña.
Tesorero: Señor Don Eduardo Peña y Guerra.
Contador: Don Félix Martialay y de Pablo
Vocales:

  • Don Pedro Antonio Sánchez Malo,
  • Don Pedro Abad Crespo
  • Don Mariano Vicén y Cuartero
  • Don Ricardo Martínez
  • Don Antonio Pastor
  • Don Segundo de la Mata
  • Don Adolfo Daza
  • Don Dámaso Benito.

Secretario: Don Felipe Villanueva y Peñas.

El auge que vivía la Cofradía se veía amparado por el mecenazgo del Marqués de la Vilueña quien cedía para las procesiones un Calvario que conservaba en su palacio. También colaboró en la compra de la nueva urna en madera y cristal que procesiona actualmente y que fue realizada en 1891 en los talleres del Sr. Paraíso en Zaragoza. Otra de las aportaciones de D. Francisco Carrillo fue la donación de una nueva imagen: “La Caída”, realizada en Barcelona en 1892.

Cinco años más tarde, en 1898, la Cofradía adquiere el paso de “La Oración en el Huerto”. Y en el año 1901 se incorpora a los bienes de la Cofradía una talla de Cristo crucificado la cual se utilizaba para acompañar no solo la procesión sino también para despedir a los cofrades que fallecían.

Tristemente, la Cofradía se vio inmersa en un periodo de falta de organización que desencadenó la desaparición de la misma entre los años 1922 y 1937. Sin embargo, la Semana Santa siguió celebrándose gracias al esfuerzo del Cabildo que solicitaba en los periódicos de la época la colaboración del pueblo soriano.

Será bajo el impulso del Abad de la Colegiata, D. Santiago Gómez de Santa Cruz y de D. Eduardo Peña, Hermano Mayor, cuando se consiga reorganizar la Cofradía.

Tras el mandato del Sr. Peña, el nuevo Hermano Mayor, D. Bienvenido Calvo, puede ser considerado como el impulsor de la Semana Santa Soriana tal y como hoy la conocemos. Ya que en 1947 entabla conversaciones con distintos grupos de la ciudad para que se hagan cargo de los Pasos. De este modo se propicia la fundación de las otras siete Cofradías sorianas, siendo el Santo Entierro la Cofradía matriz de estas.

  1. El año 1949 vera nacer a la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz que se encarga del Cristo de los Florines.
  2. 1950 será el año en el que se funde la Cofradía del Ecce Homo.
  3. La hermandad de ferroviarios de Soria se encarga del paso de la Oración en el Huerto dando lugar a la nueva Cofradía bajo la misma advocación en el año 1951.
  4. Este año, 1951, también será testigo de la fundación de la Cofradía de la Virgen de la Soledad bajo inspiración de D. Celestino Zamora.
  5. Las conversaciones entre D. Bienvenido Calvo y el colectivo de comerciantes de la ciudad propiciaron la compra del Paso de “La Flagelación” en 1952. Haciéndose estos cargo del paso dos años más tarde y fundando la Cofradía de la Flagelación del Señor.
  6. Un grupo de vecinos del barrio de San Pedro decidió acompañar en el año 1955 el paso de La Caída y la posterior fundación de la Cofradía con el mismo nombre.
  7. En el año 1960 tendrá lugar la compra del paso de “La Entrada” por varias parroquias y que desembocará en el año 2010 en la fundación de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén.

La Cofradía del Santo Entierro consideró que el capuchón que hasta entonces usaban los hermanos era una prenda molesta para el alzado de los Pasos por lo que decide suprimirlo y añadir una capa al hábito en el año 1963.

El Cabildo de la Concatedral se puso en contacto con la Cofradía en el año 1968 para que ésta se hiciera cargo de la reliquia del Lignum Crucis que había entre sus pertenencias. Para poder procesionar la venerada reliquia se adaptó la antigua carroza procesional de nuestro patrón S. Saturio, aunque la primera vez, dada la escasez de tiempo tuvo que procesionar con ruedas en vez de ser portada a hombros.

La falta de una banda en la Cofradía que acompañase el alzado de los pasos fue subsanada con la fundación en 1990 de la banda de tambores y timbales bajo la inspiración de D. José Luis Berruezo Cano. Al año siguiente la banda de la Cofradía del Santo Entierro acompañó con su toque el cortejo procesional del domingo de Ramos, colaboración que dura hasta la actualidad.

Aunque en 1887 se permitía el ingreso de mujeres en la Cofradía como hermanas cooperativas, no será hasta el año 1998 cuando las estas puedan formar parte de pleno derecho como miembros de la Cofradía, teniendo que esperar un año más para procesionar por primera vez,  ya que la lluvia obligó a suspender la procesión.

En la actualidad la Cofradía participa desde el año 2007 en la comitiva de la procesión del Encuentro en colaboración con las demás Cofradías de la ciudad.